Mascarilla CPAP: cómo limpiarla, cuándo cambiarla y otras dudas
Mantener en buen estado nuestra mascarilla CPAP es una tarea en la que debemos involucrarnos desde la primera puesta.
Darle mantenimiento para evitar fugas, desgaste y acumulación de suciedad, ayudará a aprovechar al 100% la efectividad de nuestra terapia para la apnea del sueño.
¿Cómo influye la higiene de la mascarilla CPAP en la vida de la máquina?
Cuando cuidamos la mascarilla no sólo estamos ayudando a que el tiempo de vida útil que garantizan los fabricantes de máquinas CPAP se cumpla, también estamos logrando que se rebase.
Es decir, si el fabricante da garantía de funcionamiento de la máquina CPAP entre 2 y 5 años, con una higiene adecuada de la mascarilla, podemos lograr que nuestro aparato dure siete años o más.
¿Cómo podemos saber que ya está desgastada la mascarilla?
Existen 3 señales claras que indican que la mascarilla está desgastada:
- Se oyen ruidos mientras la máquina funciona
- Genera enrojecimiento facial e incluso llagas
- Percibimos luces o señales de advertencia que parpadean con regularidad en el aparato
Estas señales están hablando de una mascarilla vieja, desgastada, con cojines o arneses quebradizos.
Si la máquina CPAP indica que algo anda mal, se debe de hacer algo cuanto antes, pues dejará de funcionar correctamente y es mejor contar con el reemplazo para no interrumpir la terapia CPAP.
Es importante que no esperemos a cambiar de mascarilla hasta que la máquina falle, lo ideal es prevenirnos, darle mantenimiento y observar que su funcionamiento se desarrolle con normalidad.
Fugas en mascarillas CPAP
Entre las causas más comunes de las fugas en las mascarillas se encuentran:
- El ajuste incorrecto del arnés, es decir, que esté demasiado apretado o, por el contrario, demasiado flojo.
- La falta de higiene en la almohadilla de la máscara puede ocasionar que la grasa normal del rostro haga que se recorra la mascarilla.
- La mascarilla, su almohadilla y arnés estén desgastados por el tiempo de uso y hayan perdido su firmeza.
- Cambiar de posición al dormir.
El exceso de fugas de la mascarilla y no tener un buen sellado es una señal de que necesita reemplazar el cojín.
Consecuencias de las fugas en la mascarilla
Para hablar de las consecuencias de las fugas en la mascarilla es importante mencionar que no sólo afecta a quien padece la apnea.
El aire que escapa de la mascarilla puede generar ruidos que resultan incómodo para quien usa el equipo CPAP y para su pareja.
Si el aire llega a los ojos puede irritarlos, ocasionando que se resequen, se hinchen y enrojezcan.
Se pierde efectividad del tratamiento CPAP debido a que se pierde la presión de aire que debería de llegar a las vías respiratorias para mantenerlas abiertas. Esto implica volver a los ronquidos y fatiga diurna.
Importancia de la higiene en la mascarilla CPAP
Lo que nunca podemos perder de vista es que respiramos el aire que circula a través de la mascarilla CPAP.
Aunque el aire se filtra y se humidifica, siempre es recomendable mantener la mascarilla lo más limpia posible para evitar:
Olor fétido o a humedad
Síntomas de alergia
Exposición al moho
Exposición a bacterias
Anulación de la garantía del dispositivo
Mineralización dentro del equipo
Riesgo potencial de neumonía o infecciones de los senos nasales
Avería del equipo
Si no limpiamos la máscara correctamente, podemos acortar la vida útil de las almohadillas.
Por otro lado, apretar de más el arnés para compensar el desgaste de las almohadillas, acorta la vida útil de la diadema.
Recomendaciones
- Lavarnos la cara todas las noches antes de ponernos la mascarilla
- Evitar usar crema facial antes de acostarnos
- Limpiar la almohadilla con una franela húmeda y tibia todas las mañanas para eliminar la grasa del rostro
- Lavar la mascarilla una vez a la semana con detergente líquido
- Usar agua dulce para enjuagar
- No usar humectantes, perfumes, blanqueadores o agentes antibacterianos para limpiar la mascarilla
- No secar la almohadilla y la mascarilla en un radiador o luz solar directa
¿Cuándo reemplazar la mascarilla?
Puede resultarnos difícil de entender que nuestra mascarilla se ve en buen estado y que sólo se trata de “pequeñas” fugas o “inconvenientes” poco constantes, sin embargo, para disfrutar los beneficios de la terapia y no exponer a nuestro cuerpo a otros riesgos, lo mejor es reemplazar la mascarilla en cuanto presenta algún problema.
Debemos reemplazar nuestra mascarilla cuando identifiquemos fugas, ruidos, marcas en la piel, percibamos que ya no nos queda bien o cuando la máquina CPAP indique problemas por fallas en el sellado.
Si nuestro equipo cuenta con seguro, debemos considerar que algunos seguros sólo pagarán por una nueva mascarilla en tres o seis meses.
Lo ideal es anticiparnos y realizar su compra antes de necesitarla con urgencia, así la tendremos a la mano en cuanto notemos que es momento de cambiarla.
A continuación, una lista del tiempo recomendado para reemplazar los elementos de tu equipo:
- Máscara CPAP: debe reemplazarse cada 3 meses.
- Almohadilla o cojín: una o 2 veces al mes.
- Arnés y sujetador de mandíbula: cada 6 meses.
- Tubo de CPAP: una vez cada 3 meses, al igual que con la mascarilla.
- Cámara de agua del humidificador CPAP: cada 6 meses.
La higiene de la mascarilla CPAP es parte de su mantenimiento, el reemplazo ayuda a que el aparato CPAP dure más tiempo funcionando de forma efectiva.
Mientras más nos apropiemos del hábito de limpiar la mascarilla y estemos pendientes de cuando se necesitan los reemplazos, mejores resultados tendremos en la terapia de la apnea del sueño, ya que, además de sus beneficios, cuidaremos nuestra inversión y evitaremos exponernos a otros problemas de salud.
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